Se terminó la suerte de Cuauhtémoc Blanco

La carrera política del exfutbolista profesional, hasta ahora, ha sido fácil y en ascenso a pesar de las múltiples acusaciones que existieron a su llegada a Morelos. Pero la suerte podría cambiar.

Hace unas horas el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), ordenó al gobernador Cuauhtémoc Blanco Bravo, separarse del cargo inmediatamente sea notificado. Cuauhtémoc,  fue incluido por el partido del presidente Andrés Manuel López Obrador en el segundo lugar de la lista de candidatos a diputados federales plurinominales por la cuarta circunscripción. Sebastián Ramírez Mendoza, líder de Morena en la Ciudad de México, es su suplente.

Para centrar el debate inmediato iniciemos por referir el artículo 55 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en donde cita uno de los requisitos para ser  candidato a diputado: “los gobernadores de los estados y el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México no podrán ser electos en las entidades de sus respectivas jurisdicciones durante el periodo de su encargo, aun cuando se separen definitivamente del cargo”.

Contrario a lo que dice la norma, la mayoría de magistrados del TEPJF no solo no revocaron la candidatura  sino que le concedieron la posibilidad de llegar a la Cámara de Diputados siempre que renuncie al cargo.  Pero antes habría que analizar un gran detalle no observado por los magistrados: el gobernador no renunció en el periodo establecido para participar en el proceso electoral como candidato.

Quizá por eso la magistrada presidenta del órgano impartidor de justicia electoral, Mónica Soto,  también pedía anular la candidatura del gobernador peor calificado en el país. Entonces, si violó la ley electoral por no haber renunciado al cargo 90 días antes de la elección, ¿por qué no fue materia de análisis y debate de los impartidores de justicia?

Sin juzgar capacidades pero si las rarezas de sus criterios, el debate entre los magistrados no fue suficiente y dejó mucho a desear de lo justo para los que vivimos en Morelos, entidad victima de las decisiones pobres y a veces   nulas de un gobernador ausente por muchos años que se dedicó a administrar vacaciones y ratos de ocio con sus amigos en el club de club donde renta o rentaba  una casa.

Los criterios cuestionables de los magistrados dejarán mucho para el debate nacional y obligará a realizar comparaciones con otros casos. Por lo pronto, con violaciones claras o no a la ley electoral al futbolista le dieron a escoger la gubernatura o la diputación federal. ¿Qué ley en el mundo te da esa posibilidad? Sólo en México.

No sabemos en qué dirección se inclina pero hipotéticamente si opta por la plurinominal es señal de buscar impunidad o protección ante señalamientos de corrupción en su gobierno; si opta por la gubernatura, lo hará por capricho para evitar que los diputados – con cuya mayoría mantiene un pleito desde hace casi tres años- nombren a un interino a su modo y le quite el control de la administración y el manejo de los recursos.

Lo que sí es inminente en los próximos días,  es la mediatización de su renuncia o no a la gubernatura, y también en qué condiciones está la entidad. Para abonar  a esa discusión creo que  la administración estatal  nos deja entre las entidades más inseguras; tenemos al gobernador peor calificado en México; con una baja en la actividad económica; crecimiento de la pobreza, y sobre todo, con altos niveles de corrupción nunca vistos, al igual que con una alta impunidad en la impartición de justicia.

Hagamos memoria. 

Cuauhtémoc Blanco Bravo, a su llegada a Morelos fue acusado de contratarse con el Partido Social Demócrata (PSD) para firmar un contrato por varios millones de pesos para ser su candidato a la alcaldía de Cuernavaca, el objetivo era salvar el registro de este partido político local, según han narrado los autores intelectuales del acuerdo. Para fortuna del PSD su candidato ganó y fue alcalde.

Una acusación aún sigue vigente en la memoria colectiva de la capital del estado. Cuauhtémoc habría falseado documentos para lograr que las autoridades de la capital le dieran la carta de residencia, requisito para registrar su candidatura. Se impugnó pero con el ánimo de que no prosperaría. Llegó a  alcalde, lo llevaron a juicio político por haber falseado documentos pero tampoco prosperó. La suerte le acompañó una vez más, tan es así que desechó al PSD y después utilizó al entonces Partido Encuentro Social (PES), partido que lo registró como candidato a la gubernatura de la mano de Morena y ganó en el 2018.

Ya en la gubernatura en enero del 2022 fue exhibida una fotografía del gobernador quien posaba  junto a los tres principales líderes de las  organizaciones criminales de Morelos:  Irving Eduardo Solano Vera, alias el Profe, líder del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG); Homero Figueroa Meza, apodado la Tripa, cabecilla de Comando Tlahuica y Raymundo Isidro Castro, el Ray, otro líder del CJNG.

A pesar de los negros antecedentes del futbolista, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha preferido rescatado en varios momentos de las criticas en lugar de intentar poner orden en los gobiernos emanados de su partido Morena. Con todo el descaro el presidente ha venido a Morelos a decir que Cuauhtémoc Blanco ha sido un buen gobernante, cuando la evidencia lo cachetea, al grado de que en su cara blanco ha recibido chiflidos y gritos en las giras presidenciales.

¿Librará más acusaciones de corrupción el aún gobernador de Morelos?¿logrará ser  diputado federal?¿seguirá con suerte o protección oficial? No sabemos. Lo que sí sabemos es que ya solo  restan 7 meses para que termine un sexenio perdido.