Opaco e impreciso el Pacto propuesto por Cuauhtémoc Blanco

Redacción NN​.- La propuesta de Cuauhtémoc Blanco Bravo para hacer frente a la contingencia sanitaria derivada por el coronavirus Covid-19, a través del llamado “Pacto por Morelos” ha sido tomada con desconfianza y con recelo por diversos sectores tanto políticos como empresariales del estado.​

El pasado fin de semana, el Ejecutivo estatal lanzó un “exhorto para adherirse a este Pacto por Morelos”.​ Se trata de la respuesta oficial a una carta que un día antes empresarios dispersaron por las redes sociales acusando la falta de liderazgo del gobernador Cuauhtémoc Blanco en la emergencia sanitaria por el el nuevo virus..

En el pacto oficial,  el gobernador   expone  que entre los diversos sectores sociales hubo una coincidencia para atender la emergencia sanitaria, y aseguró que era la respuesta para la sociedad morelense donde los firmantes debían comprometerse a cuatro puntos torales.

El primero asumir el compromiso de no convertir esta crisis en una bandera política o de defensa de intereses particulares, sino de alianzas tangibles y determinantes.​ Poner por encima de la utilidad a corto plazo la necesidad de hacer todos, un esfuerzo transitorio para lograr una recuperación colectiva más pronta y eficaz, de acuerdo con los principios de equidad y empatía.​

Establecer mesas de trabajo permanentes a fin de armonizar las peticiones legítimas de todos los sectores.​ Y finalmente se habló de conceptos  de honestidad, transparencia, austeridad y voluntad política “para salir adelante”.​

Un día antes, una carta presuntamente avalada por decenas de  organizaciones y personajes públicos -que incluía a la Sociedad Civil Organizada, Sectores Productivos por Morelos, los 36 Alcaldes del Estado de Morelos, Legisladores Estatales y Federales por Morelos y Medios de Comunicación, hizo cimbrar a las huestes del gobierno estatal.​

La carta iniciaba con “Ante las actitudes de indiferencia y desprecio tanto suya como de sus principales colaboradores hacia todos los sectores que formamos la sociedad morelense, actitud que ha impedido la posibilidad de reunirnos para apoyarles, queremos Sr. Gobernador informarle lo siguiente:”.​

A continuación se plasmó una serie de inconformidades por la falta de liderazgo e interés del mandatario estatal y de su gabinete por atender la contingencia del coronavirus no sólo en materia de salud sino de reactivación económica; también se hizo referencia a las dos investigaciones por presunto desvío de dinero por las que atraviesa el “hombre de confianza” del exfutbolista, José Manuel Sanz Rivera.​

La propuesta fue reasignar presupuesto a secretarías de Salud, Social, Economía y la Comisión de Seguridad, para combatir la pandemia. Establecer un Comité de Vigilancia para transparentar la ejecución de los recursos públicos durante todas las etapas de la emergencia sanitaria, y entregar a domicilio despensas a familias de bajos recursos así como tratamiento médico a la población vulnerable en condición de riesgo, especialmente a los adultos mayores con la finalidad de disminuir la movilidad y la proliferación del virus, así como minimizar el riesgo de saqueos.​

En la parte económica se propuso la asignación de créditos estatales y gestión ante la Federación a favor de las micro y pequeñas empresas accesibles, estímulos fiscales estatales y la gestión correspondiente ante la Federación, acceso a fondos de contingencia y fideicomisos y finalmente se pidió flexibilidad de pago a créditos establecidos.​

De manera inmediata y furiosa, el área de Comunicación Social emitió un comunicado en el que aseguró que todas las acciones realizadas para mitigar la problemática ocasionada por esta pandemia, “han sido en coordinación y siguiendo los lineamientos que marca el Gobierno de México, y en ningún momento se ha actuado de una forma política y con ninguna otra intención que no sea la de salvaguardar la salud y economía de los habitantes del estado”.​

Luego advirtió que ya tiene identificados a “personajes cercanos al exgobernador Graco Ramírez y a un seudo medio de comunicación –al que no identificó-, que se encarga de difundir constantemente ataques sin fundamento”, por lo cual ya emprendió, presuntamente, las acciones legales correspondientes.​

Pero la misiva firmada presuntamente por 212 instituciones y personajes públicos orilló también a la cúpula empresarial a pronunciarse.​

El centro empresarial Coparmex Morelos confirmó lo expuesto en la misiva: “Se nos invitó a participar y aceptamos, en un comunicado para posicionar peticiones serias y puntuales”. Lo anterior seguido de un descalificativo por el tono de la misma así como de las formas en que se presentaron las propuestas por lo que sólo se desmarcó de cualquier confrontación.​

Pero dio razón a la controvertida carta en cuanto a la definición de posturas claras, transparencia de los programas, sus manejos operativos y financieros, exigir un lugar en la toma de decisiones así como de la forma de llevar a cabo los diversos programas y acciones.​

Luego vino la arremetida de la clase política.​ El primero en reaccionar fue el Partido Acción Nacional, que a través de un comunicado difundió su postura ante el Pacto por Morelos y las cinco acciones inmediatas que consideró para ello.​

Asegurar el presupuesto necesario para las familias más pobres con apoyo alimentario, garantizar la disponibilidad de suficientes equipos de protección personal para los trabajadores de la salud e insumos, medicinas y respiradores para los pacientes de Covid-19.​

Crear un seguro de desempleo que proteja al menos durante dos meses a las personas que hayan perdido su trabajo.​ Solicitar a la CFE un convenio de subsidio del 50% en el pago de electricidad para todas las familias que ganen menos de 10 mil pesos al mes.​

Apoyar directamente al campo con una partida especial para créditos y la publicación inmediata de las reglas de operación para programas específicos de empleo temporal y de descuentos en tarifas de electricidad subsidiadas por la CFE.​

Además pidió claridad en el Programa de financiamiento para negocios pequeños y medianos, publicando listados de los créditos que anunció el gobernador.​ Y como pedir no empobrece, también solicitó un programa de estímulos fiscales para los sectores productivos, y un Programa de inversión que, una vez concluidas las medidas de protección sanitaria, eleve el gasto en el sector turístico y obra pública en al menos 30%.​

El blanquiazul remató con una crítica al Pacto por Morelos, al que tildó de un pacto de las élites de poder, por lo que urgió a la implementación de acciones claras, contundentes e  inmediatas​

Luego tocó el turno en el “bat” al tricolor. El PRI hizo circular sus reservas para adherirse al Pacto propuesto desde el gobierno del estado, ya que expuso un desdén desde la oficina del titular del Ejecutivo estatal a múltiples peticiones “que no han sido escuchadas, y mucho menos han tenido una respuesta de parte de usted, señor Gobernador Cuauhtémoc Blanco, por lo señalamos las omisiones, los errores y las simulaciones como la instalación del hospital móvil que solo se montó para promocionar su imagen”.​

El promocional referido se realizó un par de semanas atrás donde difundió la instalación de un hospital móvil en el estadio Centenario de Cuernavaca, el cual se desmontó una vez concluida la grabación, y que de manera coincidente éste se efectuó días antes de la visita del Presidente Andrés Manuel López Obrador al estado, lo que desde entonces causó mayores críticas a la estrategia de comunicación social.​

Pero el PRI hizo énfasis en que un pacto político y social tiene su valor por un previo acuerdo de voluntades; su contenido debe ser producto del consenso de todos los que lo suscriben. La publicación realizada por el Gobierno del Estado, no es la “respuesta de la sociedad morelense”, por el contrario, es una declaración unilateral de voluntad del Ejecutivo, con la apariencia de acuerdo social y la tramposa intención de responsabilizar políticamente a quienes no lo suscriban, subrayó el tricolor que se dijo dispuesto a suscribir un pacto social y político, siempre y cuando sea producto del consenso y no de la imposición.​

Y como “sugerencia” pidió una mesa de negociación previa para ponerse de acuerdo en las medidas a corto, mediano y largo plazo para enfrentar la pandemia y sus estragos. ​

El último turno  el vapuleado Sol Azteca, que se sumó a la serie de desacreditaciones contra la administración que encabeza Blanco Bravo con el siguiente pronunciamiento, “Desde el inicio de la presente administración ofrecimos la mano amiga de nuestra institución al Ejecutivo estatal, reconociendo el estado de derecho y la aplicación de la ley como garantía de todos los morelenses, alejados de la mentira y el discurso vacío de contenido que reiteradamente hemos escuchado”.​

Luego ventiló que en ninguna reunión de la mesa de diálogo institucional entre gobierno y los partidos políticos, el Cuauh simplemente no ha hecho acto de presencia, para después enmendarse y destacar la coincidencia para impulsar un pacto por Morelos donde se privilegie modificaciones al presupuesto de egresos para apoyar a las clases más vulnerables.​

También apoyo al personal médico y de enfermeras con estímulos económicos; apoyos a los micro, pequeños y medianos empresarios con estímulos fiscales, con acceso ágil y sencillo al fondo económico destinado a ese sector, así como suspensión al impuesto sobre la nómina en lo que dure la pandemia en Morelos, entre otros estímulos más.​

Lo anterior resultó en un desquebrajado intento del PRD por limpiar de la memoria de los morelenses las acciones emprendidas por dicho partido ante la emergencia que dejó tras de sí el terremoto de 2017, donde el exgobernador Graco Ramírez y su esposa Elena Cepeda fueron acusados de “robarse” la ayuda humanitaria con miras a la elección de 2018, donde la sociedad morelense cobró revancha y los dejó en cuarto lugar en la contienda electoral.​

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