El enojo incontrolable de Sandra
Sandra Anaya es una exitosa empresaria en el negocio restaurantero, su mamá con mucho éxito inició en la colonia Antonio…
Sandra Anaya es una exitosa empresaria en el negocio restaurantero, su mamá con mucho éxito inició en la colonia Antonio Barona, en Cuernavaca, con un restaurante de nombre Tia Licha, y Sandra consolidó la marca haciéndola crecer.
Sandra, se dedicó a hacer rentable la marca y extender el número de restaurantes, lo consiguió y ahora es una empresa sólida generadora de cientos de empleos en el estado, principalmente la capital de Morelos.
Durante muchos años se concentró en sus negocios pero como a muchos empresarias se le metió el gusano de participar en política; en la elección pasada participó como candidata a sindico con el perdedor Jorge Argüelles, candidato a la alcaldía de Cuernavaca, impuesto por el PES en la alianza con Morena.
Ya conocida, un poco, en el mundo político, a Sandra le dan como premio de consolación la Secretaría de Administración del gobierno de Cuauhtémoc Blanco, en sustitución de Mirna Zavala, ahora diputada plurinominal del PES en el Congreso Local.
La nueva secretaria de Administración había dado muestras de ser ecuánime y responsable en el gobierno estatal pero, durante este fin de semana, surgieron datos desde su propia oficina de una serie de desiciones que ponen en duda su proceder.
La semana pasada los pusimos al tanto que la funcionaria había ordenado el despido de una trabajadora de otra dependencia solo porque había decidido no formar parte del grupo de runner que encabeza Sandra. Derivado de la publicación han surgido nuevos datos del mal proceder de la novata servidora pública.
Por un lado, sus colaboradores ya se quejaron de que Sandra, abandonó su trabajo por andar en todas las giras y actos del gobernador Cuauhtémoc Blanco. Efectivamente, en todas las actividades del exfutbolista aparece Sandra, en las fotos que divulga el gobierno ahí está Anaya, casi junto al Cuau.
Y una segunda circunstancia ha trascendido: El despido de por lo menos dos jóvenes colaboradoras de la Secretaria de Administración de nombres Berenice Rivas y Luisa Fernanda.
A reserva de que las víctimas lo confirmen, cuentan que Sandra Anaya, entró en un estado incontrolable de enojo porque un grupo de trabajador@s de su secretaria se reunieron en una fiesta privada, en la casa de la diputada del PES Mirna Zavala, una foto de la fiesta fue divulgada en las redes sociales, foto que también llegó a los ojos de Anaya y, entonces, entró en un severo momento de incontrolable enfado y ordenó el cese de trabajadores.
No sabemos con certeza cuál fue la razón que la orilló a esa decisión. ¿Fue la fiesta?, ¿el personaje con quien se reunieron en privado en la fiesta?, ó ¿fue el que subieran la foto a las redes? Lo que haya sido, no es razón jurídica, ni ética para su proceder. Lo que pone de manifiesto Sandra, es que podrá ser una empresaria exitosa pero en el ejercicio público ha dado prueba de no estar al nivel de una sociedad que demanda servidores públicos responsables. Una rectificación sería lo correcto.
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