Incendios acaban con fauna, autoridades desconocen grado de afectación en especies

Tepoztlán, Mor.- Los incendios forestales en el Parque Nacional El Tepozteco han acabado con poblaciones de especies como el armadillo y el camaleón, sin que exista estudios a profundidad del verdadero impacto a la fauna silvestre del Área Natural Protegida (ANP), así lo denunció Salvador Rivera, integrante de la organización ciudadana de Guardabosques de este municipio.

En los últimos 10 años, el ANP que considera unas 24 mil hectáreas ha sufrido cada año el embate de los incendios y ante ello, la población se organizó en una brigadas, no sólo para apagar el fuego en los cerros del Valle Sagrado de Tepoztlán, sino que también para prevenirlos con acciones de cultura ambiental.

“Viene el incendio y no te puedes quedar inmóvil, se crea la asociación de Guardabosques en alianza con nueve grupos de 100 voluntarios, no somos combatientes de incendios es lo último que queremos hacer, tratamos de prevenir, evitar con medidas drásticas como la veda para subir al cerro, para cuidar zonas que no han sido devastadas por el incendio”, afirma.

Como activista que participa en el cuidado del territorio, Chava Rivera, como le conocen, reconoce que la población más vulnerable en los incendios es la fauna: “Encontramos animalitos, el más sonado que encontraron los compañeros el año pasado, fue una zorrita bebé, la entregaron a las autoridades ambientales federales, hasta le pusieron nombre; otra especie es el Camaleón de San Juan Tlacotenco,  desapareció, su emblema de la comunidad es el camaleón, desapareció al igual que  la víbora de cascabel”.

El activista también afirma que cuando ocurren los incendios piden a la población de los barrios y comunidades  que en sus casas controlen sus animales domésticos, porque baja la fauna silvestre buscando refugio.

Las experiencias en los incendios no han sido  agradables, dice:“Es terrible, encuentras madrigueras con animalitos rostizados, otros con las patitas bien quemadas, otros muertos, muchos animalitos como  el armadillo ya no hay en la zona así como el venado”.

Para el director del Centro Estatal de Emergencias y Contingencias Ambientales de Morelos, Raymundo Rosales Martínez, el país y el estado, están en una transición para estudiar el  impacto de los incendios y contar con políticas públicas encaminadas hacia la gestión en el manejo integral del fuego, que les permitirá conocer con más realidad los efectos de un incendio forestal en la fauna, porque  al verse amenazado por los incendios, buscan migrar a otros  sitios sin que se conozca más del tema.

El investigador Juan Manuel Urióstegui, de la Facultad de Ciencias Biológica (FCB) de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), cuenta que cuando realizaba un trabajo de monitoreo de animales en el corredor ecológico Ajusto Chichinautzin, ubicado en los límites de Morelos y Ciudad de México, localizaron en una zona que había sido quemada, rastros del conejo Zacatuche, una especie endémica y en peligro de extinción.

No encontraron a miembros de la población de zacatuches pero sí su excremento y sus madrigueras. Fue ahí que se hizo la pregunta si la población de conejos que ahí había habitado regresaría y en qué momento. Surgió, también, una investigación a más profundidad que les diera respuestas sobre en dónde estaban y en qué momento regresaría si se recuperaba el área vegetal.

En la investigación de un año de monitoreo en la zona quemada,  Juan Manuel Urióstegui, no encontró rastros de Zacatuches quemados, piensa que lograron migrar a zonas más altas, y también lograron establecer que los Zacatonales, donde hacen sus madrigueras para resguardarse  de los depredadores, logran recuperarse para que regresen  los conejos considerados únicos y en  peligro de extinción.

Finalmente, señala que para lograr establecer el número de población y los niveles de sobrevivencia en la temporada de incendios, es necesaria una investigación mucho más compleja.

Otro investigador, Fernando Jaramillo  Monroy, asegura que Morelos cuenta con una importante biodiversidad, ya que  tiene ocho de los diez tipos de vegetación que se reconocen en México y el 14 por ciento de las especies de plantas y animales que se tienen registradas en el país. Sin embargo,  también aseguró que el 70 por ciento de la superficie forestal del estado ha sido desmantelada.

“Sólo quedan 34 mil hectáreas de bosques y selvas conservados, anualmente se deforestan 3 mil 968 hectáreas, principalmente de selvas, el 80 por ciento de los suelos presentan diversos grados de erosión y el 60 por ciento de su superficie se considera de vocación forestal”, lamenta.

En el año 2021, la Comisión Nacional Forestal (Conafor), contabilizó al mes de marzo 100 incendios, en el 2022 un número de 99, en lo que va del año registran 47 incendios.